El orgullo tiene dos vertientes, una buena y otra mala. La buena, es aquella que va cogida de la mano de la dignidad, esa que todo ser humano debemos tener. La mala, y la que acecha, es la de la arrogancia, la soberbia, la superioridad. Y precisamente, es este tipo de orgullo del que nos debemos deshacer. Sino, pregúntate: ¿De qué sirve estar enfadado con alguien al que quieres? Yo sé de qué sirve: para deteriorar la relación. Todo el tiempo que pasen enojados el uno con el otro, es una pérdida de tiempo, una oportunidad perdida de pasar más tiempo juntos y de vivir buenos recuerdos. Y recuerda que el tiempo no está para perderlo, sino para vivirlo.
Hola: un relato que publicita una gran verdad. No debemos perder el tiempo ni energías con estar enfadados con la gente o el mundo. Debemos aprovechar nuestro tiempo y ser positivos.
ResponderEliminarPrecioso texto. Me ha hecho reflexionar. Yo suelo enfadarme a veces por tonterías. Intentaré no hacerlo y...vivir :)
ResponderEliminarUn beso!
Que gran verdad. Un texto muy bonito, para pensar mucho.
ResponderEliminarBesos